Historia

El remoto y aislado valle de Livet lo hizo ideal para la destilación ilícita. Aquí es donde nuestro fundador George Smith aprendió su oficio. Escondido de los oficiales de aduanas y los soldados entre las colinas y abundantes manantiales, George tuvo tiempo para empezar a destilar lentamente, haciendo un whisky que pronto se volvería mundialmente conocido. En agosto de 1822, el rey Jorge IV llegó a Escocia para una visita de estado y pidió probar una gota del whisky Glenlivet a pesar de que aún era una bebida ilegal, pero ni siquiera eso detuvo al Rey para disfrutar de su sabor.

Dos años más tarde y después de un cambio en la legislación, George vio su oportunidad y se dirigió a Elgin para obtener su licencia para convertirse en el primer destilador legal en la parroquia de Glenlivet. Esto no salió bien con los destiladores ilícitos a su alrededor que le dijeron que lo quemarían junto con su destilería. En un intento por protegerse de estos contrabandistas siniestros, llevaba consigo un par de pistolas en todo momento, dejando en claro que no tenía miedo de usarlas. Su coraje y valentía sentó las bases para nuestro whisky hoy.

A finales de los años 30, la destilería Glenlivet producía más de 200 galones por semana. Esta expansión significó que nuestro fundador pronto necesitaría más empleados. Unos años mas tarde, Andrew Ushers & Sons de Edimburgo se unieron como agentes de ventas, ayudando a correr la voz del whisky.

Nuestra reputación se extendió más allá de las verdes colinas de Escocia hasta los cielos humeantes de Londres. Cuando Charles Dickens le escribió a su amigo invitandolo a probar ¨el raro y viejo Glenlivet¨, le recomendaba un whisky de una sola malta que superaba sus grandes expectativas.

Con el fallecimiento de George Smith en noviembre 27, su hijo menor John Gordon Smith, asumió la tarea de continuar con el trabajo que venía desarrollando su padre, parando sus estudios en derecho Había estado fuera entrenando para seguir una carrera en derecho, pero a la muerte de su padre, regresó para tomar las riendas del negocio.

Con otros competidores desesperados por tomar el nombre "Glenlivet" para capitalizar nuestra notoriedad, John encontró la solución en una pequeña pero poderosa palabra de tres letras. Luchó mucho para tener los derechos y en 1884 nos convertimos en el único whisky en ser llamado The Glenlivet.

Cuando el segundo sobrino de John, el Capitán Bill Smith Grant, se hizo cargo de la destilería en 1921, se encontró con dos desafíos: La Gran Depresión y la Prohibición en los Estados Unidos. Sin embargo, como héroe de guerra condecorado de la Primera Guerra Mundial, el Capitán Bill se levantó para enfrentar estos desafíos de frente. A pesar de que la producción disminuyó durante estos años difíciles, la destilería emergió en una excelente posición en el mercado estadounidense después de la derogación de la Prohibición.

Cuando la prohibición llegó a su fin, los estadounidenses siguieron adelante; más sedientos que nunca de whisky solo de maltas finas. Gracias a la perseverancia del Capitán Bill a través de la depresión, estábamos en el lugar perfecto para servirles un trago. Uno de nuestros primeros clientes importantes fue Pullman Train Company, que comenzó a servir botellas en miniatura en sus rutas, ayudando a difundir nuestro fino whisky por todo el continente.

Gracias a los trenes, aviones y automóviles, a mediados de siglo, The Glenlivet representaba la mitad del whisky escocés de malta vendido en los Estados Unidos. Gracias a los nuevos jet-setters de los años 50, pronto se corrió la voz a todos los rincones del mundo.

El cambio de siglo vio otra gran expansión de nuestra destilería, esta vez por nuestro actual maestro destilador, Alan Winchester. Después de pasar 40 años perfeccionando su oficio, Alan es el hombre para garantizar que el espíritu de nuestro fundador siga vivo.

Casi 200 años después de que se abrieron nuestras puertas de la destilería, creamos algo nuevo para celebrar: The Glenlivet Founder’s Reserve. Creado por el maestro destilador Alan Winchester, este líquido fino captura el sabor distintivo, suave y afrutado que George Smith imaginó por primera vez en 1824, y llegó a ser el mayor volumen de ventas de cualquier nuevo producto escocés lanzado en los últimos cinco años (IWSR, 2016).

Hasta el día de hoy, continuamos la visión de George Smith de romper las tradiciones, establecer nuevos estándares y avanzar; seleccionando barriles, acabados y líquidos excepcionales para un trago único y fusionándolo en cócteles para abrir el mundo del whisky solo de malta a todos.